Sunday, October 12, 2008

Burn After Reading




Burn After Reading is a 2008 dark comedy[1] film written, produced and directed by Joel and Ethan Coen. The film stars John Malkovich, George Clooney, Tilda Swinton, Frances McDormand and Brad Pitt. It was released in the USA on September 12, 2008 and will be released on October 17, 2008 in the UK. The R-rated film had its premiere on August 27, 2008 when it opened the 2008 Venice Film Festival.[2] The film is the brothers' first to follow their Academy Award winning Best Picture, No Country for Old Men.





Osbourne Cox (John Malkovich) is a CIA analyst who quits his job at the agency after being demoted ostensibly because of his drinking problem. He then decides to write a memoir about his life in the CIA. His wife, pediatrician Katie Cox (Tilda Swinton), wants to divorce Osbourne and, at the counsel of her divorce lawyer, she copies many of his personal and financial files off his computer and onto an optical disc. Katie's divorce lawyer's receptionist accidentally leaves the disc at Hardbodies, a workout gym. An employee of the gym, Chad Feldheimer (Brad Pitt) obtains the disc from the gym's custodian and ascertains that it contains classified government information. Along with his fellow employee Linda Litzke (Frances McDormand), he intends to use the disk to blackmail Osbourne; Linda wants the money to pay for cosmetic surgery. They call up Cox in the middle of the night, but he is not receptive. When blackmailing him fails, Linda decides to take the information to the Russian embassy. At the embassy, she hands the disk over to the Russians, promising that she will give more information afterwards. Because Linda and Chad don't have any more information, they decide to break into Cox's house.

Katie's lover is Treasury agent Harry Pfarrer (George Clooney), who by chance meets Linda online and begins dating her as well. Chad stakes out the Coxes' house and breaks in when Harry and Katie leave. Harry, however, comes back, finds Chad, and accidentally shoots him in the face. Harry, thinking that Chad was a spy due to his lack of documentation, disposes of the body. Days later, his paranoia increasing after murdering Chad, Harry leaves the Cox residence after a fight with Katie. On his way to leave he manages to tackle a man who has been trailing him for some time, thinking he was working for the CIA or some other government agency. After tackling him, Harry finds out that the man is working for a divorce firm hired by his wife who, it is later revealed, has been cheating on him as well. Harry is devastated and goes to see an agitated Linda who confides in Harry that her friend Chad is missing; he agrees to try to help. The next morning, Harry and Linda meet in a park and she provides him with more information about Chad's disappearance. When he realizes that Chad is the man he killed, he becomes paranoid and flees in terror, assuming that Linda is also a spy.

Osbourne had previously returned to his home only to find that Katie changed the locks as part of her preparations for divorce proceedings. He sleeps overnight in his boat, and the next day breaks into his own house with a hatchet. There he finds Ted Treffon (Richard Jenkins), the manager of Hardbodies, rifling through his computer looking for personal information. Due to his feelings for Linda, Ted decided to look for more information to give to the Russians, believing that the Russians had kidnapped Chad. Osbourne shoots Ted, who survives and runs out of the house. Osbourne grabs the hatchet and kills Ted in broad daylight.

The movie ends by returning to the CIA's headquarters, where an official (David Rasche) and his director (J.K. Simmons) are trying to sort out what happened: Chad is dead, Ted is dead, Osbourne is in a vegetative state and dying after being shot by an agent while attacking Ted, Harry has been arrested trying to board a flight to Venezuela (but the CIA wants to let him leave anyway so he's out of their hair), and Linda has agreed to cooperate in exchange for the CIA financing her plastic surgery. The baffled CIA agents then decide that they have learned their lesson: to never repeat whatever it is that they did in this case; though they are still not clear what it is they did.

Se había generado una lógica expectación por ver el nuevo trabajo de los hermanos por antonomasia del cine norteamericano –quizá del mundial; a fin de cuentas, ¿quién se acuerda a estas alturas de los Lumière?–, algo comprensible dado el éxito de la anterior (y magnífica) No es país para viejos (2007). Pues bien; Quemar después de leer es nada más (y nada menos) que una descacharrante parodia a mayor gloria de la estupidez supina donde la ligereza se combina ejemplarmente con la mala leche y el proverbial humor negro.


Algo no precisamente novedoso, por otra parte. No hay más que echar un vistazo a la compacta filmografía de los Coen para observar que la alternancia entre noir y comedia ha devenido en una constante, ya desde los seminales tiempos de Sangre fácil (1985) y Arizona baby (1987), si bien su evolución como cineastas les ha llevado a incorporar elementos de ambos géneros, primorosamente mezclados, en Fargo (1995) o El Gran Lebowski (1998). De hecho, el carácter ciertamente marciano de está última está presente en su nueva película, que huye de las coartadas referenciales que constituían la principal razón de ser de Crueldad intolerable (2003) o The Ladykillers (2004) para centrarse en el inmisericorde retrato de un grupo de tarados cuya inteligencia, más que “relativa”, es inexistente.

De hecho, si algo resulta evidente es que los diferentes personajes que articulan la trama han sido escritos, como aclaran los propios Joel y Ethan en el pressbook del filme, pensando en los actores y actrices que finalmente los han interpretado. De esta manera la tibieza del mcguffin argumental, que se apoya en un escurridizo CD con información relativa al funcionamiento de la CIA que todos esperan poseer por motivos bien diferentes, da pie a una auténtica exhibición de registros cómicos más o menos histriónicos, de los white trash encarnados con acierto por Frances McDormand, Richard Jenkins y un sorprendente Brad Pitt (pasadísimo de revoluciones) a los más acomodados –pero no por ello menos estupidos– personajes de George Clooney (en las antipodas de sus anteriores colaboraciones con los Coen), Tilda Swinton y John Malkovich.


Que la película comience con un prolongado zoom desde la superficie planetaria a las interioridades de la sede de la CIA ya nos está indicando claramente lo que va a venir a continuación. Partiendo de la fatuidad de Osborn (Malkovich) y del insondable funcionamiento de los servicios ¿secretos? se van a ir encadenando una serie de situaciones que tienen en común la total estulticia con que se plantean hoy en día las relaciones humanas –de pareja, amistad o trabajo–, ya sea por pura insatisfacción o por un exceso de narcisismo mal entendido. No es casual que los protagonistas tengan cuanto menos los 40 años cumplidos, y que la sensación de no encajar en unos modelos físicos (McDormand) o sociales (Clooney) les lleve a actuar de manera insensata, sin duda por no asumirse tal cual son en realidad. De esta manera, y más allá de los excesos de todo tipo a que se ven abocados, a un servidor le generaron más lástima que otra cosa esta panda de losers descerebrados, sobretodo desde el momento en que, mediado el metraje, los hermanísimos tiran de su característico humor negro, mostrándonos las consecuencias de sus temerarios actos.

Es posible que tras las mieles de No es país para viejos (2007) muchos esperaran más de lo mismo, y que se vean decepcionados por una comedia ligera y (en apariencia) intrascendente. Allá cada cual; lo mejor que se puede decir de Quemar después de leer es que no puede ser más coherente con el ideario fílmico de los Hermanos Coen, tiene bastante más miga de lo que parece y, lo más importante, apela a la “inteligencia” de su potencial espectador. Un motivo más que sobrado para paladearla lentamente.


FICHA TÉCNICA: Burn after Reading. USA. 2008. 100 minutos. Dirección: Joel Coen y Ethan Coen. Guionistas: Joel Coen y Ethan Coen. Productores: Joel Coen y Ethan Coen. Productores ejecutivos: Tim Bevan, Eric Fellner, Robert Graf. Director de fotografía: Emmanuel Lubezki, ASC, AMC. Diseño de producción: Jess Gonchor. Montaje: Roderick Jaynes. Música: Carter Burwell. Con: George Clooney (Harry Pfarrer), Frances McDormand (Linda Lizke), John Malkovich (Osborn Cox), Tilda Swinton (Katie Cox), Richard Jenkins (Ted Treffon), Brad Pitt (Chad Feldheimer).

SINOPSIS: El analista Osborn Cox llega al cuartel general de la Agencia Central de
Inteligencia (CIA) en Arlington, Virginia, para una reunión ultrasecreta. Por desgracia para él, el secreto no tarda en salir a la luz: le han despedido. Cox no encaja muy bien la noticia y regresa a su casa de Georgetown, Washington DC, para entregarse a la redacción de sus memorias y a la bebida –el orden no altera el producto–. Su esposa Katie está consternada, aunque no parece muy sorprendida. ya hace tiempo que tiene una aventura con Harry Pfarrer, un agente federal casado, y empieza a hacer planes para dejar a Cox por Harry.

En un barrio a las afueras de la capital, en un mundo totalmente diferente, Linda Litke, empleada de Hardbodies Fitness Center, tiene dificultad para concentrarse en su trabajo. Sólo piensa en hacerse la cirugía plástica total y decide confiar su plan a su compañero Chad. Linda no se da cuenta de que Ted Treffon, el director del centro, está loco por ella y se cita con otros hombred a través de Internet.

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